Morados están los brazos que tenemos, si con cuatro hubiéramos nacido morados estarían,también, de pellizcarnos, creyendo que es un sueño y no lo era, se acaba y despertaremos, madrugaremos, o no, pero sueño fué, con sus sobresaltos y sustos, pero quedándonos con lo bueno, que es mucho nos despedimos con sonrisas y lagrimas, casi como empezamos pero más duros como los diamantes que somos.
Nos encontraremos donde queramos, sean en los recuerdos o comiendo, cenando o almorzando.
Buen viaje y llama cuando llegues.
No hay comentarios:
Publicar un comentario